jueves, 13 de enero de 2011

Decían que hacía el amor, decían que hacía poesía.

Decían que hacía el amor porque era la única manera de hacer poesía.


Tantas veces había pedido poemas al aire que ahora le resultaba extraño rimar con el viento. Pero se había enamorado de él y también de la brisa que rozaba su cuello por las mañanas. Pero quería enamorarse de algo que no sabía cómo definir. Alguna vez le oyeron decir que quería enamorarse de la vida, pero que era demasiado perra para poder escribirla.


Sí, porque amar significaba escribir. Amar tan solo era un arte más, pero un arte que englobaba al resto. Amar le parecía lo más bello,  aunque ni siquiera supiese con certeza si lo había experimentado. Quería pasar su vida amando, porque siempre se había dicho que no era lo mismo escribir amando que sin corazón. Y entre las cosas que tenía claras estaba escribir; en cualquier momento, en cualquier lugar, con lo que fuese. Le daba igual que fuese una noche con luna pintando palabras con sus manos en la arena de la playa, o que fuese junto a la lluvia que caía empapando la ciudad; o quizás tras la ventanilla de un tren, quizás un tren que no sabía a dónde iba ni de dónde venía para no volver nunca más. Pero escribir, no dejar nunca de expresarse. Porque a veces si no veía sus delirios escritos creía no entenderlos y puede que aunque los escribiera siguiese sin comprender nada; pero así sentía que las palabras no se iban como el viento.


Ni siquiera sabía si sabía escribir, a veces se le olvidaba crear armonía entre palabras, pero en su interior siempre desataban sensaciones. Porque, incluso en los días en que estaba dispuestx a morir la única parte suya que le quedaba: escribir le daba vida. Tenía demasiado dentro como para dejar de sentir. Tenía demasiados versos escondidos y demasiadas letras que ubicar.

Sí, seguían diciendo que hacía el amor porque era la única manera de hacer poesía.





Miriam
Jau

1 comentario:

BLQ dijo...

Hola,

he descubierto tu blog desde Maldito mayo en Paris, donde he leído un texto precioso pensando que era Miquel y después me he dado cuenta que lo has escrito tú, luego he llegado aquí, he leído las 4 entradas que hay y... pues me he quedado boquiabierto, sin saber que decir, pero en todo caso se notan mil sensaciones y todos los sentimientos al leer lo que escribes, por lo menos, en las últimas entradas

un saludo
eloi

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