martes, 29 de junio de 2010

Ritmo



Libre albedrío de sueños
en un parque de primavera
mirando como pasa el tiempo
observando la luna llena.

Y ahora me viene a la mente 
el olor de aquella hoguera
y las noches de verano
que pasábamos en vela.

Contando historias y cuentos
y una a una las estrellas.

¡Que se rompan los relojes!
- --- -- - - -
¡Que vuelvan las ilusiones!
-- - -- - - -- 
¡Que nos pille el rocío,
y amanecer con los amigos!
- - - -- --- -

Tocaremos en las calles
ritmos de la Pachamama,
crearemos carnavales
en esta ciudad sin alma.

¡A la mierda los disfraces, 
baila conmigo hermana!

Seremos niños salvajes
volando dentro del agua.


martes, 22 de junio de 2010

Palabras de flor de lavanda


abcdefghikjlmnñopqrstuvwxyzabcdefghikjlmnñopqrstuvwxyzabcdefghikjlmnñopqrstuvwxyzabcdefghikjlmnño
pqrstuvwxyzabcdefghikjlmnñopqrstuvwxyzabcdefghikjlmnñopqrstuvwxyzabcdefghikjlmnñopqrstuvwxyzabcd
efghikjlmnñopqrstuvwxyzabcdefghikjlmnñopqrstuvwxyz...¿porquécomplicarsesisólosonletras?

Palabras
Como el hecho de que pudieras entenderlas y decirme al oído que te gusta saber lo que digo, sin hablar. 
Somos pulsaciones perdidas entre latidos que no llegan a sonar, en un corazón parado. 
¿Crees que puedes volar con mi mente? Ponerle nombre sólo a las sensaciones y fluir entre ellas. Decir "te quiero" sin obligaciones y con color. Ser juncos entrelazados con el aire desmayando el alma y flotando entre el humo.
Y me di cuenta de todo esto, y de que quizás quedaba a unos metros de lo posible que pudieses entenderme; cuando te dije que me contaras una historia.
Y ahora más que nunca y con el corazón en un puño y atado con el hombre la libertad, imagínate...

(Jaü)

Palabras
Con el corazón en un puño... y en tu piel todas las heridas que pudieron ser y no fueron y las que sí; en tu piel todos los colores del mundo. También los que no existen porque nuestros ojos humanos no alcanzan.
Se llevará el viento nuestros latidos; ni el mejor sombrero podría retener tantos pensamientos enredados en los rizos de tu pelo despeinado.
Se los llevará y volaremos también nosotras, cortando el aire con una risa que nos traspase. Seremos niñas como las de los cuentos, incorpóreas y con un cuerpo tan, tan tangible. Sombras y luces, cuerpos de color por una luna creciente.
Volaremos, pisando descalzas un suelo que quizás ya se haya convertido en cielo. En esa inmensa cúpula sin mapas ni fronteras. Dentro de poco irrumpirá el sol con un estallido y lo salpicará todo de estrellas. También tu les hablaste, con esos ojos de duende triste; dibujando cada trazo de una palabra para en realidad significar miles. Tantas como estrellas en un mundo tan complicado, tan inmenso como el cielo y la posibilidad de nuestros pensamientos.
¡Que se nos lleve el cierzo! Seremos versos de agua, besos de humo, sonrisas de nada. De todo. ¿Entiendes?:
Seremos todo y nada.Tanto y tan poco. Demasiado complejo y tan maravillosamente inabarcable.
¡Se nos va a llevar el viento! Lo hará. No importa:
tú me entiendes.

(näna)

Dijimos que seríamos libres y salvajes. No lo olvides, niñaduende

jueves, 17 de junio de 2010

Rarezas del pensamiento.

Recuerdo dar puñetazos a las paredes en vez de llorar.


Como si con cada golpe, con cada ruido; pum, las lágrimas se metieran un poco más dentro de mí y fuese más difícil sacarlas.
Aprendí sola a canalizar mi rabia, a no pagarlo nunca con la gente, como si por dentro me golpeara a mí misma sin dejar secuelas a simple vista.
Tengo varias opciones para elegir cuál es la manera más adecuada para relajarme, Cada persona lo hace de una manera diferente. Gritar, fumar, follar, cantar, soñar; volar e incluso hacer malabares.

Como cuando cada grito, cada calada, cada ruido, cada voz o incluso cada sonido que corta el aire nos transporta a un conjunto diferente de sensaciones que palpitan en nuestro interior.

Es difícil que puedas llegar a saber lo que siento cuando ni siquiera yo misma soy capaz de entenderlo, y créeme que me cuesta averiguarlo. Es más, no tengo claro nada sobre mis sentimientos. Vale sí, está claro que tengo o al menos eso es algo que estoy segura que quiero creer. Autoconvencerme.


La clave está en hacer malabares, ¿esque no te das cuenta?. Son como la vida, es más; son como las utopías. Porque cuando los lanzas al aire es muy difícil que los atrapes al vuelo. Eso sí, todo es intentarlo. Son humo de colores.

"O pienso todo o no pienso en nada, voy a hacer lo que me de la gana".
¿A qué huele tu vida?

_

Como si la vida no fuese para vivirla, como si las cosas no sirvieran para nada, como si nuestros pensamientos flotaran rumbo a ninguna parte sumidos en el vacío al que se encuentran sometido, como si no se pudiesen dibujar sonrisas, como si no se pudiese amar, como el simple hecho de que sólo se pudiese experimentar una sensación a la vez, como si sólo fuésemos sombras, como si no existiésemos, como si no fuéramos nada, como si no pudiésemos ver hacer el amor a las olas del mar, como si el viento no nos acompañase, como si las flores no nos entiendieran, como si nada fuera real. Como tú.
Como yo.
Como el simple hecho de ser personas, humanxs.

Y como la realidad de que no estoy, ni se si estaré segura, de que te quiero vida.



Y cuando despiertes dime de qué color es tu cielo. Pero primero...
... piensa si quieres despertar. Como cuando ahora todo se mezcla formando un denso y claro; humo de colores. Como el de los cuentos, porque hoy todo son similitudes.

Jau.

miércoles, 16 de junio de 2010

No voy a pedir perdón por respirar el aire


Nunca entendimos cómo podía caber tanta infelicidad en una boca tan pequeña,
y tan absurda.


¡Cras! El frasco hecho añicos, en la pared una inmensa mancha de pintura, sangre seca en los labios.
"La pared necesitaba un cambio."


Apocalyptica ft. Adam Gontier: I don't care:
laura

martes, 15 de junio de 2010

Absence, Absinthe, Abstemious II



Os mentí:
Cuando llegué, Alex estaba sentada en una mesa con una copa en la mano.  La absenta, ya en sus labios. Yo mismo le ofrecí un cigarro y ella asintió con suavidad cuando se lo puse en la boca.

Fumaba compulsivamente, y para entonces yo ya sabía que había empezado con los antidepresivos.

Alex pasaba las noches en bares como aquel. Conocía a todos los camareros y no hacía falta indicar nada para que le trajeran una copa. Se sentaba tranquilamente en cualquier mesa  y contaba las horas con cigarrillos.
Solía perder la cuenta.

Cuando yo la conocí, aún llevaba el pelo teñido de rubio y los párpados tan terriblemente negros como sus ojos. Al poco tiempo cambió su maquillaje y el color de su melena. Cuando le pregunté, me dijo que se sentía muy vieja siempre con el mismo aspecto.

La primera noche me dijo que se llamaba Alesana. Dos semanas después se presentó como Anaís. En su DNI ponía “Alex.”; pero nunca supe el nombre completo. A ella no le importaba, decía que todos eran iguales y que por eso ninguno le valía. También me dijo que los perros abandonados tienen tantos nombres como personas quieran llamarles, y que no responden a ninguno.

Había perdido sus sueños en la puerta de un bar, una noche de invierno en la que hacía demasiado calor para entrar con abrigo. Fumaba mucho, iba vestida con una nube de humo amargo y casi ácido en los ojos. Bebía más de lo que parecía que pudiera permitirse: con esas medias rotas y camisas pasadas de moda. Siempre tacones rojos.
Joder, siempre esos tacones rojos…

Daba conversación a los borrachos que ya no sabían hablar, y regalaba silencio con carmín a los que el alcohol enmudecía. Escuchaba todas nuestras tonterías  y nos ayudaba con los problemas que tuviéramos.
Decía que cambiaba historias por cigarrillos, pero ella nunca contaba la suya y siempre le acabábamos pagando el vicio. Cuando le preguntabas algo, respondía; pero como si no hablase de ella misma sino de un conocido.
Así, me contó que le gustaba la música. Había  sido cantante en un grupo de Rock-blues, y durante un tiempo también guitarrista. Tocaba una Gibson azul, que estrelló contra la pared. Al romperse las cuerdas una de ellas le arañó en la mano y aún tiene la cicatriz, que ella llama “un desconchón”. No me quiso decir por qué rompió la guitarra, pero sé que también fue en aquella época cuando empezó a pedir absenta en los bares.  Alex decía que fue “una mala racha”, pero al fin y al cabo, para ella siempre lo eran.  Sé que por aquel entonces, se prometió muchas cosas y no pudo cumplir ninguna  de ellas. Creo que llegó a enumerármelas, pero no las recuerdo; supongo que iba borracho.

Ya he dicho que no hablaba mucho de sí misma. Decía que no era importante, que había vivido muchas cosas y que pocas le habían servido. No me dijo para qué, pero repitió que se hacía tarde.

Siempre, siempre, siempre se enfadaba al amanecer. Torcía su preciosa sonrisa de carmín, y contaba obsesivamente las horas que quedaban en el paquete de Malboro. Bebía a tragos rápidos. Se peinaba y despeinaba el pelo en cuestión de segundos. Mm… Me encantaba cómo aplastaba los cigarros con sus tacones rojos.

Con la luz del amanecer le crecían bajo los ojos manchas moradas, casi verduscas, y tosía con frecuencia. Se retocaba continuamente el maquillaje.

Me daba miedo.Notaba cómo el alba le debilitaba hasta hacerla casi translúcida. Tan frágil que daban ganas de sostener su vestido para que no se cayera al desvanecerse el cuerpo. Tiritaba. Maldecía la noche que se dejó el abrigo fuera del bar, pero no aceptaba el de nadie.

A las siete, otra pastilla de prozac, que tragaba con absenta. La primera del día.

Me daba miedo. Parecía a punto de desmayarse, convertida en una silueta fría cuando horas antes era una auténtica reina: la reina de los disfraces.

Alex decía que le encantaban las fiestas de Carnaval. Le entusiasmaba todo lo relacionado con los disfraces, especialmente quitarlos. Le volvían loca las fiestas, los regalos, la música y los antifaces. …Bueno, cuando yo la conocí ya no, pero ella seguía contándolo como si fuera ayer en vez de hace diez años.

Se iba a casa poco después de amanecer, ocultando los ojos bajo un sombrero de ala ancha. Una vez en su cuarto, bajaba las persianas antes de desnudarse. Dormía pocas horas. Al despertarse, mantenía los ojos cerrados hasta que se terminaba de vestir, y se maquillaba con la luz apagada.

Nunca me dejó besarle los labios. No quería que le quitara el carmín.


Era un reptil... Como una serpiente, mudaba de piel continuamente y las iba perdiendo al arrastrarse entre guijarros y hojas secas. Olvidaba cuál era la piel falsa y cuál la real, y al final se quedó sólo con un vestido transparente. Debajo de él, no había nada.

En realidad, no quería que le quitara nada: tenía miedo de verse desnuda de todas las mentiras que había enredado en su vestido. Sin las historias que había cosido en los pespuntes, no era nadie. O aún peor: no sabía quién era.

Por eso, me dijo, prefería que la llamara sólo Alex. Con un nombre normal, tus problemas han de ser normales. Fáciles de resolver, como una ecuación matemática. Números, operadores… Un silogismo.

Sin nombre, sus problemas eran como fantasmas que no podía atrapar con palabras.


Rutina en las venas, Gritando en silencio: 


Laura.Nana.

sábado, 12 de junio de 2010

Absence, Absinthe, Abstemious


Alex estaba sentada en una mesa con una manzana en la mano. En la manzana, un mordisco. En la boca, humo. Le pedí fuego y me invitó a su monólogo.

"Prozac. Dame sólo un poco de prozac, anda; y algo de absenta, para pasarlo.
Uhmm... no, mejor deja la botella. Si quieres, puedes sentarte y me cuentas tu historia. Porque me la ibas a contar de todos modos, ¿no? 
Empieza tú a hablar . Así cuando me preguntes por mi vida irás demasiado borracho para darte cuenta de que me he largado ya.
Ah, y si alguien te pregunta, no me has visto. Tú solamente querías un poco de prozac y te has pasado con la absenta.


La serpiente se tragó el sombrero y la ingresaron por sobredosis. Pobre principito.


Ya te lo dije, me duele la espalda  y se me ha roto una cuerda, llevo un descorchón en el cuarto traste.
También tú te prometiste que sería la última vez, estoy segura. Pero otro crujido, el ruido seco de los nudillos contra la pared. 
Tú no sabes nada.
Bueno... tal vez sí y seamos todos demasiado iguales.
...Tal vez no.


Amanece, y ya no hay borrachos que me cuenten cuentos. Los siempredemasiadosobrios fingen dormir y no hablan; prefieren no tener que inventarse una vida y unos problemas.Todos sabemos que es demasiado fácil mentir. No saben nada y no voy a entretenerme en explicárselo. Total, ¿por qué iba a importarles a ellos si a mí tampoco me importa? 
Yo también aparentaré que no pasa nada.

Ten, ten absenta, bebe un poco.

Qué mal amanece en esta ciudad. Luz azul y frío.

Bebe despacio, no tenemos prisa.

Lluvia fina de amanecer translúcido. Luz azul de una ciudad que se despierta en obras y con un descorchón en el quinto traste.Amanece muy tarde y es demasiado pronto para que empiece otro día.

Tú... Tú bebe tranquilo, que yo diré que no tenía sueño. Sólo frío.

Ah, venga, dame ya ese puto prozac."



"Después del primer vaso de absenta ves las cosas como te gustaría que fueran, tras el segundo las ves como no son en la realidad, y después del tercero las ves tal como y son, y eso es lo peor de todo." (Oscar Wilde)
Dexter Gordon: I'm a fool to want you:
 www.youtube.com/watch?v=NN6li_-aGnA

Laura. Nana

viernes, 4 de junio de 2010

Y con cada calada nos fumamos la realidad.


- Si fumas, al menos que sea de verdad. -Me dijo Alesana poco después de que nos presentaran.
- ¿Perdón?
- Si estás decidida seguir fumando, como parece, al menos fuma bien. -Miré mi cigarrillo dubitativa.
- ¿Y cómo se hace eso?
- Joder, pues sin timidez, sin victimismo ni culpabilidad. -Me robó el cigarro de la boca y continuó hablando a escasos centímetros de mi boca. Teniéndola tan cerca, me sentí mareada por su perfume y por los lentos movimientos de su boca, que saboreaban cada palabra.-  Tienes que cogerlo con convicción, como si cogieras por la cintura a una mujer, nada de juguetear con los dedos y tonterías. Después, te lo llevas a la boca - lo condujo a sus labios de carmín rojo- y coges aire. Coges aire con tanta fuerza que sientas cómo el humo te llena la boca y llega hasta los pulmones... Tienes que notar cada gramo de contaminación corriendo por tus venas hasta que te inunde todo el cuerpo, hasta que tú misma te hagas de humo y el crepitar del papel al quemarse sea el de tus alvéolos.
Alesana aspiró con tanta fuerza, y durante tantos segundos que pensé que no le quedaría más aire después de aquello. Cerró los ojos e inclinó la cabeza hacia atrás. Uno, dos, tres, cuatro, y separó los labios. Una bocanada de humo blanco inundó la habitación. Entre la niebla, vi que abría los ojos con fuerza y esbozaba una sonrisa.
- ¿Te das cuenta? Con cada calada haces el amor.


Dos meses después volvimos a encontrarnos, esta vez en un concierto. Me preguntó si aún fumaba, y si había aprendido a hacerlo bien. Le dije que no, que lo había dejado porque me estaba destrozando los pulmones. Se rió con descaro y se mordió el labio inferior cuando le pregunté si ella seguía con el tabaco.
- No.
Me cogió con fuerza por la cintura y me susurró al oído, siguiendo la letra de la canción que sonaba:
- Set me off like dynamite strapped tight around my waist.

Dos años después de que nos acostáramos supe que había muerto. No quise saber de qué.




P.D: A Anaís le gustaba el tabaco de cereza, por eso le sabía la boca a cereza amarga. 
Muy amarga.


Laura.

martes, 1 de junio de 2010

Claroscuro, caos de bolsillo




Contradecir todas y cada una de las leyes lógicas. 
Esa doblepersonidad que me hace llegar a una misma conclusión a partir de dos razonamientos opuestos.

Al fin y al cabo, de una contradicción puede deducirse cualquier cosa.

Y eso somos, contradicciones inexactas: un contraluz, el complicado claroscuro del absurdo.




Una de las leyes básicas de la lógica establece que, a partir de una contradicción, se puede deducir cualquier cosa.  Dicho de otro modo: cualquier premisa, verdadera o falsa, puede justificarse por una contradicción.
Así, es lógicamente correcto decir: "yo soy y no soy y por eso me gusta el crujido de las vértebras" o "si el gato va descalzo y lleva puestas las botas, mi cama no debería tener miedo a que no haya gatos en los tejados y los mininos se emborrachan tocando el saxofón".

Ahora puedo explicar con absurdos mis absurdos.
Estupendo.


Vaya pesadez de dualidad, tan imperfecta, tan imprecisa, que dudo que pueda llamarse dualidad. Son tantos los matices, tantas las variables y tan extraño todo lo conocido...
Cómo voy a responder a nada, si se supone que yo misma me he inventado y aun así no sé qué he hecho de mí.
Si realmente fuesen dos personalidades completamente opuestas, pero completas y con sentido cada una por sí misma, pues aun... Entendería mi existencia como una única contradicción. Bah, sería demasiado simple.



Tengo la impresión de mentir hasta cuando digo la verdad. Qué tontería más tonta.
[Tampoco tiene sentido dar por sentado que entenderás algo, pero lo hago.]


"Ya no puedo darte el corazón, iré donde quieran mis botas. Y si quieres que te diga qué hay que hacer, te diré que apuestes por mi derrota.
Ya sé que nada va ocurrir... Pero ahora estoy contra las cuerdas, y no veo ni una forma de salir. Pero voy a apostar fuerte mientras pueda."  (Héroes del Silencio)


Lalala la lalalalala lala laaa la lalaaaá      T o d o s   c o n t r a   t o d o s !

"Me desperté con las pestañas cosidas al parpado. Sonreí, nunca nadie me había guiñado un ojo así!" (Gen)

¡ E s t u p e n d o !


Laura