jueves, 20 de enero de 2011

Bienvenidxs a mi historia.


Todo  comienza con un "Bienvenidxs a mi historia".

Quería contar una historia, quería formar parte de algo grande, quería ser algo más. Había volado sola, había andado sus pasos, había bailado con el viento, había... había hecho tantas cosas. Pero tenía demasiado por hacer, demasiado por recuperar, y también demasiado por perder. Por eso quería contar una historia, quería contar su historia para no olvidarla nunca. Pero tenía tanto miedo como ilusión.

Tenía ilusión por cometer más errores aunque estuviese cansada de hacerlo, quería estallar en una tormenta. En su tormenta. Quería que le recorriesen torbellinos de sensaciones aunque agujereasen su cabeza, ya no le importaba romperse un poco más.

Quería que hubiese más pájaros revoloteando entre las trenzas de su pelo, quería vivir su locura por cambiar el mundo.

Quería romperse.
Quería romper su interior para volver al principio, pero no quería que le rompiesen; ya no quería sufrir.
Quería romperse por sí misma, así dolía menos.

Quería que el sol le pintara la cara, quería sentirle otra vez. Es más, no quería dejar de sentirle; nunca había querido.

Pero a pesar de tantos "querías" y de tanto por contar, decidió no contar nada; porque pensó que quizás nada merecería la pena. Y si realmente fuese importante no haría falta contarlo. Porque pensaba que quien la conociese sabría lo que quería; que quería despertar y descubrir que esto era un sueño.

Por eso todo comienza y termina con un "Bienvenidxs a mi historia", a aquella historia que quizás nunca me atreva a contar, porque quizás sea demasiado real para escribirla y darme cuenta de que existe.

Y a pesar de todo seguía pensando que quien la conociese sabría lo que quería, pero ¿quién iba a conocerle si ni siquiera ella misma sabía quién era? 

Puede que todo esto tan solo fuese un delirio, su delirio; aquel en el que quería volver a bailar con el viento: que el invierno parecía mucho más frío sin él.

Mi delirio.
Miriam
Jau


1 comentario:

BLQ dijo...

una historia, por muy delirante que sea, si creemos en ella y tenemos realmente las ganas y las fuerzas para vivirla, puede ser un punto de comienzo para alcanzar la libertad, la felicidad o lo que sea que haga sentirnos mucho mejor

saludos

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