
A quemarropa:
Atentado al corazón. No sé dónde dejarlo, no sabe estarse quieto.
A quemarropa:
Atentado a la razón. No sé si lo que quiero es sobrevivir (que no es poco) o vivir de ilusiones (que no sé si se puede).
No sé con qué latidos ha de sincronizarse un órgano hecho de nubes y humo.
No sé, no sé. Pero me está desbocando el aire en los pulmones, el rojo en los labios...
Mi corazón le preguntó a mi cabeza qué le duele... Le comenta que pregunte por sus venas, que por más que le da vueltas no encuentra la respuesta. Y piensa que va a tratarse de una trampa, de una treta. Mente, explícale a tus ojos, que sabrán bien que ante todo no querría enloquecer. Que se inquieta y que se altera, que le busque la respuesta.
1 comentario:
que linda entrada! Me ha gustado mucho!
saludos y te leo!
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