"Calla niña, que a veces tus susurros perforan  demasiado los oídos. Creo que últimamente se te ha metido mucha arena en  los bolsillos y por eso la vida te pesa demasiado. Tantos relojes no  son buenos, no tengas prisa que ya sabes que mata y apenas te queda  tiempo para hacer el amor. Si esque sabes que en el fondo no quieres  volver a morir, pequeña."
Se quedaba su aroma
junto a un papel
en el fondo quemado
por el humo del tabaco.
Su esencia se marchitaba
poco a poco
entre almohadas,
y a la vez avivaba
el poco fuego que le quedaba.
Beso a beso
en su memoria,
navegando entre abrazos.
Con un nuevo despertar
entre fríos amaneceres,
bailando en el invierno de su piel
perdiendo su corazón a ratos.
Miriam
Jau
Se quedaba su aroma
junto a un papel
en el fondo quemado
por el humo del tabaco.
Su esencia se marchitaba
poco a poco
entre almohadas,
y a la vez avivaba
el poco fuego que le quedaba.
Beso a beso
en su memoria,
navegando entre abrazos.
Con un nuevo despertar
entre fríos amaneceres,
bailando en el invierno de su piel
perdiendo su corazón a ratos.
Miriam
Jau
1 comentario:
creo que hay una gran diferencia entre la gente que vive con prisas y la gente que vive deprisa. Los primeros suelen pasar por el mundo sin haber existido, como apisonadoras que no saben lo que arrollan. Los segundos suelen dejar algo para el legado, son egocéntricos pero su fin tiene una importancia.
bonito poema
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