lunes, 2 de agosto de 2010

Todo

"Todo es todo, todo viene del todo y regresa a todo." (Gurdjieff)


Píntate del color de tus sueños.
Te dije que aprendería a volar:
he inventado una nota que hace que te salgan pájaros de las manos.
Como un truco de magia, pero... real.
Escucha, sé que te gustará.


Los pensamientos inventan palabras en tu cabeza y han decidido serenarse para que las oyeras. Como si nunca hubiesen dejado de estar aquí y esta fuese la primera vez.
El ronroneo de un gato sesteando al sol: saber que de todas las realidades posibles para este momento has elegido una que te hace sonreír.
La conversación dentro de la casa: recordar todo lo que has aprendido, todo lo que al sentir comprendiste.
El zumbido de las moscas con sus mareos aéreos:la constancia de tu mismidad, de tus nadas, tus miedos y flaquezas, las dudas.
Los distintos acentos, las voces hasta hace tan poco nunca oídas: la evidencia de vida y pulsaciones; la clara muestra de que tenemos sangre en las venas y la capacidad de compartirnos, coincidir, dar, regalar, amar.
La respiración pausada de antes de dormir: unas manos que en tu cuerpo conoces.
Notas como tus fuerzas, tus energías, se han ido concentrando en ese cuerpecito y por eso ahora sientes todo lo que te rodea y eres.
Tienes en sus manos todas las posibilidades y cierras el puño, apretando con fuerza.
Es ese miedo, el miedo angustioso de los indecisos el que te hace estar y no estar al mismo tiempo. Por no decidirte ni decidir nada. Infinitas posibilidades entre las cuales no encuentras la tranquilidad de una certeza.
Enloqueció la rosa de los vientos.

"A cada persona se le asigna un número limitado de noches
y las desperdiciadas constituyen
una grave violación del
curso natural de
la única vida
que posee;
además, deja un regusto en la boca
que muchas veces dura dos o tres días,
según quién sea el visitante."
(Charles Bukowski)

Esconde entre el humo de un cigarro apagado
los retales de su antigua piel,
las escamas de su cuerpo de lagarto
y el recuerdo maldito de cuando nada va bien.

Todo lo guardará en una caja
y pegaditas al corazón
las excusas vacías, vanas
que deja la sinrazón.

En las trenzas de su pelo
cenizas que ya no quiero,
que no puedo ni nombrar.

Me pidió, en su tristeza
que guardara con cuidado
pedacitos de certeza
por si se hace duro el andar.

Sola en una luna de miedo,
sola en mundo de muertos
donde ululan los momentos
que no quiero,
que no puedo,
que no me atrevo a nombrar.


¡Vuela!

Nana

2 comentarios:

Anónimo dijo...

=)

Te quiero lunita.

Anónimo dijo...

Jau

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